The role of governments in improving battery safety in electric vehicles

El papel de los gobiernos en la mejora de la seguridad de las baterías en los vehículos eléctricos

La cuestión de la seguridad en el nivel legislativo de los gobiernos de varios países aún no se aborda de manera adecuada, pero ya están apareciendo los primeros rayos de esperanza.

Ya se han presentado varias propuestas de ley en los parlamentos de varios países para regular la importación de baterías no certificadas y de baja calidad, y para promover la compra de bicicletas eléctricas de alta calidad. Un ejemplo interesante es una propuesta de ley bipartidista llamada "Ley sobre seguridad y equidad en las importaciones", cuyo objetivo es restringir la importación de bicicletas y baterías eléctricas no reguladas.

Actualmente , algunos países, como China, pueden vender productos directamente a los consumidores sin inspección aduanera si su valor no excede una determinada cantidad. El valor de una bicicleta eléctrica por debajo de esa cantidad es precisamente donde hay mayor riesgo de tener una batería no certificada o un sistema de gestión de batería de mala calidad. La nueva legislación pretende eliminar este precio máximo, que permite eludir las inspecciones.

Otro proyecto de ley propuesto ante el Senado requiere que la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo establezca estándares de seguridad definitivos para bicicletas y scooters eléctricos para prevenir el riesgo de incendios.

Además , también se ha propuesto una "E-BIKE Act", un proyecto de ley destinado a fomentar la compra de bicicletas eléctricas ofreciendo ventajas fiscales a los ciudadanos. Si se aprueba, esto podría afectar significativamente la disponibilidad de bicicletas eléctricas de alta calidad para las personas de bajos ingresos. La idea clave es que sólo las bicicletas eléctricas con baterías certificadas por UL, o equivalente, sean elegibles para créditos fiscales.

También cabe señalar que algunos estados, como Nueva York, han recibido una subvención del gobierno federal para financiar la instalación de estaciones de carga y almacenamiento para micromovilidad. La ciudad también ha prohibido la venta de baterías sin certificación UL, aunque los expertos señalan que esto puede ser difícil de hacer cumplir. Algunos creen que el apoyo a prácticas de carga seguras y el acceso a baterías de calidad no debería recaer únicamente en los gobiernos. La cuestión de la seguridad en el nivel legislativo de los gobiernos de varios países todavía no se aborda de forma adecuada, pero ya están apareciendo los primeros rayos de esperanza.

Ya se han presentado en los parlamentos de muchos países una serie de proyectos de ley para regular la importación de baterías no certificadas y de baja calidad y promover la compra de bicicletas eléctricas de alta calidad. Un ejemplo interesante es una iniciativa legislativa bipartidista llamada "Ley de Equidad y Seguridad en las Importaciones", cuyo objetivo es restringir la importación de bicicletas y baterías eléctricas no reguladas.

Actualmente , algunos países, como China, pueden vender productos directamente a los consumidores sin inspección aduanera si su valor no excede una determinada cantidad. Son las bicicletas eléctricas por debajo de esta cantidad las que tienen mayor riesgo de tener una batería no certificada o un sistema de gestión de batería de baja calidad. La nueva legislación pretende eliminar este precio máximo, permitiendo eludir las inspecciones.

Otro proyecto de ley propuesto ante el Senado requiere que la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo establezca estándares de seguridad definitivos para bicicletas y scooters eléctricos para minimizar el riesgo de incendios. También cabe destacar un proyecto de ley denominado "Ley E-BIKE", que tiene como objetivo promover la compra de bicicletas eléctricas ofreciendo a los ciudadanos exenciones fiscales. Si se aprueba, esto podría mejorar significativamente la disponibilidad de bicicletas eléctricas de alta calidad para las personas de bajos ingresos. Un elemento importante de estas regulaciones es que solo las bicicletas eléctricas con baterías certificadas por UL o equivalentes son elegibles para recibir créditos fiscales.

También cabe señalar que algunos gobiernos, como el de Nueva York, han recibido financiación del gobierno federal para ampliar la infraestructura de carga y almacenamiento para la micromovilidad. Los gobiernos municipales también han prohibido la venta de baterías sin certificación UL, aunque los expertos señalan que esto puede ser difícil de hacer cumplir.

Algunos argumentan que el apoyo a prácticas de carga seguras y el acceso a baterías de calidad no debería recaer únicamente en los gobiernos, sino también en empresas de micromovilidad como Uber Eats, Grubhub y DoorDash. En áreas metropolitanas como Nueva York, los proveedores de bicicletas eléctricas son la columna vertebral de estas empresas.

En conclusión, es importante resaltar el papel que desempeñan los gobiernos a la hora de elevar el estándar de seguridad global para las bicicletas eléctricas y otras formas de micromovilidad. Estas importantes cuestiones de seguridad, como la regulación de la importación de baterías no certificadas y la promoción de equipos de alta calidad, requieren una acción legislativa reflexiva y eficaz a nivel de varios gobiernos.

No hay duda de que sin el apoyo activo y la participación de los gobiernos, será difícil lograr avances significativos en esta área. La seguridad en el área de la micromovilidad es un problema global que requiere una acción coordinada en muchos niveles de gobernanza, desde los gobiernos locales hasta los gobiernos centrales. Es precisamente esta acción común en diferentes niveles de gobierno lo que puede generar un cambio real y elevar significativamente los estándares de seguridad.

Sin embargo, dada la situación actual, parece que aún no se vislumbra en el horizonte una acción común total en esta área a nivel internacional. Sin embargo, las iniciativas actuales y los proyectos de ley que ya están abriéndose camino en los parlamentos de varios países dan motivos para un optimismo cauteloso. Aún queda mucho por hacer, pero ya se han dado los primeros pasos para mejorar la seguridad de los usuarios de bicicletas eléctricas y otros dispositivos de micromovilidad.

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